EL PASTOR Y LA FILOSOFÍA

Autores

  • Juan Carlos de La Cruz Southern Baptist School for Biblical Studies (República Dominicana)

Resumo

Este artículo trata de la necesidad que tiene un pastor en el mundo actual de entender la filosofía y su modus operandi hoy. Así los líderes cristianos no deben perder de vista el poder de la filosofía en moldear el pensamiento, y, por ende, las culturas de las masas; pues aunque os aportes de los “filósofos” griegos siguen siendo el motor de las ciencias naturales modernas, que en un sentido es algo muy beneficioso; no obstante, sobre los múltiples aportes de muchos en la historia al arsenal filosófico, la propuesta de Einstein del relativismo científico e ideológico marca la tendencia tanto de la modernidad y la pos-modernidad. Y es ese relativismo ideológico que da paso a ideas tan locas como las de “dios ha muerto” de Nietzsche, e incluso a las vulgares “ideologías” de Butler. Y no fue sino el apartarse de estos debates y abandonar la palestra pública y las academias por parte de los cristianos conservadores que dejó las puertas abiertas a los estragos perpetrados por los seculares en todos los frentes. El ministro de el Señor no debe darse el lujo de ignorar ni la historia de la filosofía, ni sus métodos; debe evitar la trampa del saber como un fin en sí mismo. El ministro del evangelio debe buscar y animar siervo de Cristo a buscar la gloria de Dios en todo el que hacer de la vida del cristiano desde la cuna hasta la tumba. El teólogo, por su parte, y por tanto el exégeta bíblico y el hombre de púlpito, deben evitar la trampa de santificar a Platón, Aristóteles y Kant, mismo que desvelarse por Atenas en desprecio de Jerusalén. Es menester que el teólogo cristiano procure saber, pero siendo un divinista y un biblicista, sacando su método de la Escritura, en vez de empañar la verdad con las sutiles mentiras filosóficas. Su mente debe procurar estar nutrida, no de cultura general y del método filosófico en sí, sino de la Palabra; debe enseñar y predicar la Palabra; debe buscar el agrado de Dios y el bien de las almas. El ministro debe honrar su llamado, a saber, predicar y enseñar todo el Consejo de Dios. En su equilibrio, el hombre de púlpito debe hacer todo tipo de esfuerzo para no dejar que el método de su oficio permee el método bíblico y su fin. Su saber debe ser profuso, pero para procurar honrar el método Divino. Su abundante sapiencia debe ser para que al tener la mente de Cristo, evite cualquier mixtura perniciosa entre biblicismo y cientificismo, teología y filosofía, fe y razón, ideología y piedad.

Palabras-clave: Filosofía. Filósofo. Cientificismo. Método. Saber. Fin en sí mismo. Teólogo.

 

The pastor and the philosophy

Abstract: This article deals with the need for a pastor in today's world to understand philosophy and its modus operandi today. Thus, Christian leaders must not lose sight of the power of philosophy in shaping the thinking, and therefore, the cultures of the masses; because although the contributions of the Greek "philosophers" continue to be the motor of modern natural sciences, which in a sense is something very beneficial; However, over the multiple contributions of many in history to the philosophical arsenal, Einstein's proposal of scientific and ideological relativism marks the trend of both modernity and post-modernity. And it is this ideological relativism that gives way to ideas as crazy as Nietzsche's “god is dead”, and even Butler's vulgar “ideologies”. And it was only the withdrawal of these debates and the abandonment of the public arena and the academies by conservative Christians that left the doors open to the havoc wreaked by seculars on all fronts. The minister of the Lord should not allow himself the luxury of ignoring the history of philosophy, nor its methods; on the contrary, he must avoid the trap of knowing as an end in itself. The minister of the gospel must seek and encourage the servant of Christ to seek the glory of God in all that is done in the Christian's life from the cradle to the grave. The theologian, for his part, and therefore the biblical exegete and pulpit man, must avoid the trap of sanctifying Plato, Aristotle and Kant, even as he reveals himself to Athens in contempt for Jerusalem. It is necessary that the Christian theologian seeks to know, but being a divine and a biblicist, drawing his method from Scripture, instead of clouding the truth with subtle philosophical lies. His mind must seek to be nourished, not by general knowledge and the philosophical method itself, but by the Word; he must teach and preach the Word; must seek the pleasure of God and the good of souls. The minister must honor his calling, namely, to preach and teach the whole Council of God. In his balance, the man in the pulpit must make every effort not to let the method of his trade permeate the biblical method and his end. Your knowledge must be profuse, but to try to honor the Divine method. His abundant wisdom must be so that by having the mind of Christ, he avoids any pernicious mixture between Biblicism and scientism, theology and philosophy, faith and reason, ideology and piety.

Keywords: Philosophy. Philosopher. scientism. Method. Know. End in itself. Theologian.

Publicado

11/05/2023